Ya era viernes, había pasado la primera semana por fin y
gracias a mis primos y Harry la había pasado bastante bien. Pensé que sería más
difícil ya que no conocía a gente, pero ahora conozco a un par de chicas de mi
clase muy simpáticas, Rose y Laila, además los chicos siempre están conmigo.
Conocí a la novia de Louis, Sam, es una chica bastante guapa
y muy agradable, va a la misma clase que Liam y Lou, y se nota que conectan y
se llevan muy bien.
A la salida, Liam y Louis empezaron a hablar de un chico de
su clase, Zayn. Louis decía que era el típico niñito solitario y chulo que sólo
quiere llamar la atención y al parecer Harry pensaba lo mismo de él, pero Liam
y Sam no decían lo mismo. Liam siempre era muy comprensivo y no le gustaba
juzgar a las personas sin conocerlas pero decía que le daba buenas vibraciones.
Yo al no saber quien era, ni siquiera opiné.
Sam y Louis se separaron un poco del grupo y Lou dijo que
iría a acompañarla un poco. Liam y Harry no eran los mejores amigos pero
realmente se llevaban muy bien.
De camino a casa, Harry como siempre era el primero de los
tres que llegó a su casa, cogiendo una pequeña desviación del camino, así que
Liam y yo nos quedamos solos, hablando de toda la semana.
-
¿Bueno al final que tal la semana? ¿no ha sido tan
horrible verdad? –Me preguntó en un tono amable y simpático.
-
Sí, menos mal que estáis aquí conmigo, no sé que haría
si no. –Le dije.
-
Anda, si te ha sido muy fácil hacer amigas ¿no? Ya me
ha dicho Harry que has quedado el próximo fin de semana con dos chicas de tu
clase. –Me dijo sonriéndome.
-
La verdad es que son muy simpáticas, creo que no será
tan malo todo esto.
Seguíamos andando cuando pasó una moto a toda velocidad casi
rozándonos. Eso me recordó al chico que vi el lunes por la ventana. Era
extraño, ya que no le volví a ver en toda la semana, ¿sería de nuestro mismo
instituto?
La semana siguiente se pasó rápido. Pronto volvía a ser
viernes, pero había una cosa rara, Harry faltaba a muchas clases, muchas horas
todos los días, e incluso llevaba dos días enteros sin ir en todo el día.
En clase ese viernes le pregunté a Laila, una chica con la
que había hecho una amistad muy rápido. Era rubia con los ojos azules, muy
agradable y además me trasmitía mucha confianza. La pregunté a ella ya que
había visto que se llevaba muy bien con Harry.
-
Laila, ¿sabes algo de Harry? Lleva desaparecido dos
días, ni siquiera le veo con Louis.
-
No sé _____, me dijo algo de que estaba cansado de esta
vida, que odiaba estudiar. –Dijo sin darse cuenta de lo que pasaba.
-
Vale, gracias. ¿Podrías hacerme un favor? A la
siguiente hora di algo sobre que me encontraba mal y me tuve que ir.
-
¿Vas a ir a buscarle? –me preguntó un tanto
desconcertada.
-
Claro, no pienso dejar que sea un idiota! –Conteste un
poco enfadada.
Ella me guiñó el ojo y me fui. Como estábamos en el tiempo
de recreo, fui a buscar a Louis para preguntarle qué pasaba y después me iría a
por Harry.
No le encontraba por ningún sitio hasta que di con el,
llegando a estas horas, ¿él también estaba perdiendo clase?
-
Louis! –Le grité enfadada dándole un pequeño golpe en
el hombro.
-
¿Qué- qué estas haciendo? –Me dijo desubicado y
frotándose el hombro.
-
¡Has faltado las dos primeras clases! ¡Eso es lo que
pasa! –Le dije alterada.- Me entero de que Harry falta porque no quiere
estudiar, que ni siquiera me lo habías dicho. –Dije remarcando la última frase.-
Y encima faltas tú tambien!
-
Eh, eh, eh.. tranquila primita que yo sólo he faltado
porque he ido a hablar con él. –me dijo pasándome el brazo por el hombro.
Realmente parecía su madre, pero que querían, ¿no ser nada en la vida?
-
¿Ah, si? ¿Y por qué entones Harry no está aquí?
-
Pues.. porque no me ha hecho ni caso. Quizás si tu
fueses ha hablar con el… -Me dijo mirándome con cara de cachorro.
-
No me pongas esa cara anda, que ya pensaba hacerlo. –Le
dije apartando su cara con la mano.
Quedaban un par de minutos para que tocase el timbre y
entonces toda la entrada se llenaría de gente y lo peor es que después no me
dejarían salir, así que fui a toda prisa a recoger mis cosas de la taquilla y
me dispuse a salir cuando…
PUM! Choqué con un chico. Él bajaba las escaleras y yo las
cruzaba para salir fuera. Íbamos los dos mirando nuestros móviles y todos sus
libros cayeron al suelo.
-
L-lo siento. –Dije de forma amable, agachándome a
recoger un libro mientras veía quién era. Era el chico de la moto, el que había
visto por la ventana la semana pasada. Vale, ahora sí me había puesto nerviosa.
Era tan guapo.
-
Podrías tener más cuida… -Dijo en tono enfadado
mientras se levantaba con los demás libros. Su expresión cambió totalmente
cuando me miró al igual que la mía. Ni siquiera había acabado su frase cuando
me miró y se quedó sin decir nada. Yo me enfadé, a pesar de que su expresión
hubiese cambiado de tono enfadado a bueno lo que parecía dulce. Era extraño, en
realidad me miraba fijamente a los ojos, pero yo no estaba atendiendo a su
mirada, solo pensaba que me acababa de echar la culpa por el choque y encima el
idiota de Harry pensaba no volver a clase.
-
Jaja. –Me reí irónicamente. -Creo que no soy la única que
iba entretenida ¿no? –Dije mirando su móvil en la mano y casi estampándole el
libro con los demás. Le miré con cara de desagrado y me fui.
Esto ya era lo que me faltaba, cómo si no tuviese problemas
ya de por sí. Este no era mi estilo, no suelo ser así de borde, pero era un
chico muy guapo y ante eso siempre me pongo a la defensiva y si a esto le
sumamos lo de Harry…
Pronto llegué a casa de Harry y llamé a la puerta.
-
Ho-hola. –Me dijo bajando la mirada y cambiando
totalmente la cara después de ver la mía de enfado. Sus ojos se notaban
tristes, sobre todo cuando le hice explicarme lo que pasaba.
-
Vaya, aquí tenemos al vago! –Dije con tono de
presentación.- Harry, en serio, ¿qué estás haciendo? –Le pregunté ya con
preocupación mientras le seguía por la entrada.
-
No sé, pero siento que estudiar no es lo que quiero
hacer… Ya sabes que me encanta la música y canto bastante bien, lo tienes que
reconocer, ¿por qué no me puedo dedicar a eso? –Me dijo con un tono
entristecido ya sentado en el sofá.
-
Harry… -Dije sentándome a su lado, suspiré.- Sé que ese
es tu sueño, y creo que es genial que lo tengas y es verdad que tu voz al
cantar es increíble. –Le dije animándole.- Pero no puedes dejar así los
estudios, piénsalo, llegar a ser un cantante famoso no se hace de la noche a la
mañana, sé que lo vas a conseguir si te lo propones, pero mientras tanto tienes
que estar haciendo algo, aunque no sea lo que a ti te guste.
Se quedó pensativo un par de minutos mientras yo le
acariciaba sus rizos tan perfectos. Realmente le quería mucho, era un gran
amigo y no iba a permitir que cayera en esa equivocación.
Suspiró.
-
Vale, tienes razón. Volveré a las clases el lunes. –Me
dijo mirándome y forzando una sonrisa que sé que no debería estar ahí.
-
Haces lo correcto. –Le dije mientras le daba un beso en
la mejilla y él me abrazaba.- Además si no, ¿quién va ha hacer que me ría tanto
en clase que nos tengan que echar de clae?, o ¿con quién voy a perseguir a tus
objetivos y sacarlas información? –Le decía intentando animarle. Vi que
funcionó así que me alegre mucho.
Esa tarde la pasé con Rose y Laila, fuimos a comprar algo de
ropa y tomamos algo mientras hablábamos de chicos. Era raro, me hacían sentir
como si fuésemos amigas desde hacía mucho tiempo aunque ellas lo eran.
Rose me había contado que ya salía con un chico pero no era
de nuestro instituto y Laila, decía que no estaba interesada en ningún chico.
Hablamos del nuevo curso y nuestras vidas ya que nos acabábamos de conocer. Les
expliqué que venía de Madrid y que me había mudado por el trabajo de mi padre,
todavía no quería que supiesen lo de mi madre, sabía que si no cada vez que me
mirasen sentirían pena como ya me había pasado con la gente de Madrid.
El sábado tuvimos comida familiar por lo que Louis y yo
fuimos a casa de Liam. Fue muy divertido ya que tiene un gran jardín y
estuvimos jugando a un montón de deportes como cuando éramos niños. Liam es
bastante atlético así que se le dan bien todos, mientras que Louis y yo… bueno
no es que seamos unos genios en deporte por lo que los grupos siempre jugamos
nosotros contra el. A mi me gusta bastante ya que no jugamos en serio,
pasábamos un buen rato riendo y haciendo el idiota.
Las comidas familiares se alargaban hasta la noche, y sobre
las 8 ya cansados decidimos entrar y ver una película, además hacía bastante
frío fuera.
Cuando llevábamos media película más o menos, paso algo que
no esperaba. Una escena cambió totalmente mi humor, era lo último que quería
ver en esos momentos, todavía me dolía sin ningún tipo de ayuda como para tener
que soportar una escena de un accidente de tráfico.
Me quede totalmente de piedra, seguramente con la cara
pálida y notaba mis ojos llorosos. Liam paró rápidamente la película y Louis se
lanzó a darme un abrazo.
-
Esto no ha sido una buena idea. –Dijo Liam apenado.
-
No, tranquilos chicos, esto es sólo una película ¿vale?
–Sonreí de la forma mas natural que pude aunque sé que se noto bastante que era
una sonrisa forzada.- En realidad, yo me voy a ir ya. Nos vemos mañana. –Dije
volviendo a sonreír falsamente mientras agarraba mi abrigo y salía de esa casa
a toda prisa.
Me lo puse de camino no sé hacia donde y empecé a caminar
cada vez más rápido hasta comenzar a correr. Me adentré por un caminito hacia
el bosque, y seguí corriendo hasta que no pude más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario