Sonó el despertador.
Sin ninguna gana, me estiré en la cama y después de un rato
dando vueltas me levanté. Aún me tenía que duchar, desayunar y preparar antes
de que Liam pasase por mi casa a buscarme.
Estaba nerviosa, no sabía que ponerme, no sabía como peinarme,
no sabía que llevar, no sabía que hacer. Finalmente cuando estuve lista para
irme con la hora bien justita salí de casa despidiéndome de mi padre ya en la
salida.
Liam justo estaba llegando, me pareció raro que Louis no
viniese ya que para ir al instituto tenía que pasar por mi casa.
Cuando llegamos allí, todo me pareció muy extraño. Era muy
diferente, era media hora antes del comienzo de las clases, y así todos podían
dejar sus cosas en las taquillas, algunos despertarse un poco, saludar a sus amigos
e incluso ir a la cafetería a tomar algo. En la entrada me sentía como una
extraña, cuando entré con Liam, todos nos miraban, algunos se acercaban a
saludar a Liam, parecía bastante conocido en el instituto, seguramente porque
todo el mundo sabía que cantaba, ¡y cómo cantaba! Liam tiene una voz preciosa,
grave pero dulce a la vez.
Poco a poco fue llegando más gente, menos mal que la entrada
era bastante grande y como hacía buen tiempo muchos chicos estaban en el patio.
Entonces tocó el timbre y justo alguien pasó el brazo por mi
hombro, era Harry, sólo me dijo:
-
¿A que no adivinas? Acabo de mirar los tablones y… me
vas a tener que aguantar todo el curso en la misma clase. –Dijo remarcando el
todo. Parecía bastante contento y yo la verdad también lo estaba ya que no
conocía a nadie más en este sitio.
Yo le sonreí con bastantes ganas, me despedí de Liam que me
dio un beso en la frente y me deseó suerte, y Harry me llevo a mi nueva clase.
Gracias a dios, Harry se sentó conmigo aunque conocía a otra
gente de clase. No parecía tener mucha amistad con los de esta clase así que le
pregunté.
-
Harry, ¿no tienes amigos en esta clase?
-
Bueno, son más bien conocidos, ya sabes. Realmente mis
amigos tienen un año más que yo, casi todos están en el curso de Liam y Louis.
–Me contestó con su enorme sonrisa.
-
Claro, y hablando de Louis, ¿dónde se ha metido?
-
Creo que hoy venía antes, tenía que hablar con un par
de profesores o algo así. –Me contestó bajando el volumen ya que el profesor ya
empezó a presentarse.
Después de un par de horas de clase, bastante amenas gracias
a Harry, tocaba el momento de un descanso. Salí al patio acompañada de Harry y
me indicó la mesa en la que se sentaba Liam y Louis porque el iría a comprar
algo de comida a la cafetería.
Me reuní con ellos y me presentaron a varios de sus amigos.
De momento sólo estaban Tom y Peter, pero me dijeron que faltaban un par de
chicas y otro chico más.
Parecían muy simpáticos los dos, aunque se notaba que no
tenían la misma relación entre ellos que Louis, Liam y Harry.
Miré por todos lados del patio, era enorme, lleno de árboles
y césped. Tenía las típicas mesas de madera con unos bancos a los lados como en
el que estábamos sentados esparcidos por todo el patio, bastante separados unos
de otros. Se podía notar la diferencia entre los grupos. Bastante separados
entre sí, sobre todo los que se veían más populares, se sentaban a un lado del
patio, se veían bastante creídos, pero no le di importancia, al fin y al cabo
de esos había tanto en Londres como en Madrid.
Después de media hora tocaba volver a clase, así que con
toda la desgana del mundo empecé a caminar hacia mi taquilla para ver el
horario y coger los libros de las siguientes dos horas.
Harry apareció de pronto dándome un susto.
-
Desapareciste en el patio. –Le reproché.
-
Ya bueno, es que, tenía cosas que hacer.. -Dijo
haciéndose el interesante.
-
Claro, tenías que ir a buscar laca para tus rizos ¿no?
–Dije soltando una breve risa.
-
¿Qué pasa? ¿Los tengo mal? –Me dijo mirando hacia
arriba cómo si fuese a verse o algo.
Le miré con cara de ¿en serio? Puse mi mano en su cabeza y
le alboroté un poco el pelo con la mano en la que no cargaba los libros. Cogí
un pequeño espejo de mi taquilla y se lo dí.
-
Ahora mírate. –Sonreí.
-
Vaya, me queda bastante… sexy! –Dijo mirándose al
espejo. Me reí y le quité el espejo de las manos guardándolo y cerrando la
taquilla. Él también sonrió al ver mi reacción y me siguió hasta clase.
Decidimos sentarnos al lado de la ventana, ya que era la
parte más iluminada de la clase. A la media hora del paso de clase, me puse a
mirar por la ventana y entonces vi a un chico. Un chico guapo, muy guapo.
Estaba bajando de su moto, se quitaba el casco y peinaba un poco su oscuro
pelo. Era moreno, ojos oscuros y un buen cuerpo. Llevaba unos pantalones claros
y una chaqueta universitaria. Me quedé bastante atontada mirándole y me di
cuenta por lo que decidí disimular un poco mirando al profesor, pero no
aguantaba las ganas de volver a mirarle, era tan guapo. Entonces le vi apoyado
en un árbol al lado de su moto fumando, nunca me gusto que los chicos fumasen
pero, se veía tan sexy.
Justo sonó la campana.
-
¿Qué hacías? –Dijo Harry mirando hacia mi cuaderno.-
____ no has cogido ni un apunte! –Se rió.
-
Emmmm… supongo que me he despistado un poco. – Dije
disimulando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario