Sonó el despertador. Mi canción favorita para ser exactos.
Me desperté estirándome un poco sobre la cama acompañada de unas cuantas
frotadas de ojos y un par de bostezos.
Me metí en el baño corriendo, hacía más frío de lo normal. Viernes
por fin –pensé.
Entré en la ducha con el agua ardiendo cayendo por mi piel
haciéndola erizar y me enjaboné todo lo rápido que pude para después salir y
arroparme con la toalla poniéndome al lado del radiador.
Llegué a la habitación tiritando, me vestí todo lo deprisa
que pude y abrí las cortinas para dejar que la luz entrase. Estaba todo nevado,
precioso. Sonreí como una idiota y bajé corriendo las escaleras casi cayéndome.
-
¡Papá! –grité- ¡Papá que ha nevado! –le escuché reír
desde la cocina.
-
Buenos días cariño –dijo desde allí mientras exprimía
unas naranjas para el desayuno.
-
Ay, está todo hermoso, ¿puedo no ir a clase y quedarme
jugando con la nieve?
-
Sí claro y luego nos vamos a que te montes en los
cochecitos de al lado del centro comercial –le miré mal.
-
Es que hacía tanto que no veía la nieve –dramaticé.
-
Sí, exactamente lo mismo que yo, un año –se rió y le
volví a mirar mal.
-
Voy a peinarme –dije saliendo de la cocina dando
pequeños saltos de alegría.
Me metí en el baño y me sequé el pelo, me peiné y me
maquillé un poco como siempre, poniéndome algo de rimel y hoy cacao por el
frío.
Volví a la cocina para desayunar y cuando me di cuenta ya
era la hora de ir a clase. Llamaron justo a la puerta. Abrí y era él, ese chico
que me hacía feliz.
-
Hola preciosa –dijo dándome un beso en la puerta.- Hace
frío ¿eh?
Salí corriendo hacia la calle, agarré un poco de nieve con
mis manos y se la tiré a la chaqueta.
-
Parece que no tanto –dijo y me reí.
-
Venga, vamos a jugar un rato anda –le dije mirándole
con cara de cachorro. Se rió ahora él.
Cogió un poco de nieve y me la lanzó. Seguimos jugando hasta
llegar al instituto donde después de quitarnos toda la nieve sobrante entramos
con el tiempo justo para ir a las clases.
Pasaron rápidas y yo volví a mi casa a toda prisa para comer
con mi padre antes de que se fuese a trabajar ya que había tenido la mañana
libre.
-
¿Qué tal el día? –dijo quitándome la mochila en la
entrada.
-
¡Genial! –exageré quizás y él se rió.
-
Como una niña –comentó.
-
A ti también te gusta no mientas –sonrió.
-
Por cierto, tenía que comentarte algo –dijo ya
comiendo.
-
Dime.
-
Sabes que en a penas una semana es Navidad, el lunes
que viene –asentí.- Vamos a ir a España para celebrarlo con la familia, la mía
y la de tu madre como todos los años. –Sonreí desganada.
-
¿Cuándo iríamos?
-
Pensé que podríamos irnos de aquí el viernes y así
estaríamos allí el fin de semana entero.
-
Pero el viernes es cumpleaños de Louis –me quejé.
-
¿No puede celebrarlo este fin de semana? ¿O entre
semana? El lunes ya os dan las notas y el martes no tenéis clase.
-
Pues no papá, ya habíamos hecho planes para celebrarlo
ese viernes.
-
Lo siento –dijo.
-
No, no lo sientes, ¡te da igual!
-
_______
-
Es el cumpleaños de Louis joder, es mi primo.
-
Siéntate ¿quieres?
-
No, no quiero. A ti te da igual lo que yo quiera, tengo
dieciséis años no cuatro, mi opinión debería contar en esta casa.
-
Mira, no es lo que tú quieras o dejes de querer, hace
meses que no vemos a la familia de tu madre y vas a venir.
-
Genial –ironicé.
Me levanté y me encerré en mi habitación dando un portazo.
Encendí la música y me tumbé en la cama ignorando cualquier
comunicación con el exterior.
Vi como alguien abría la puerta de mi habitación y me giré
ya que suponía que sería mi padre. Sentí como esa persona se sentaba al otro
lado de mi cama y después como acariciaba mi cara. No era mi padre, era él.
Me giré un poco y le vi mirándome.
-
Hola –dije, sonrió levemente.
-
¿Qué pasa? –preguntó.
-
Mi padre quiere que vayamos a España por Navidad.
-
No es tan malo.
-
Me perderé el cumpleaños de Louis, Zayn, quiere ir todo
el fin de semana.
-
¿Has hablado con él?
-
Sí.
-
Vale, repito, ¿has hablado con él? No gritar. –suspiré.
-
Zayn es que no…
-
Para, ya sé por donde vas. Hazme caso, baja y habla con
él, dile por qué te quieres quedar, te hará caso. –me guiñó un ojo.
Salté de la cama y bajé esperando que aún no se hubiese ido.
Estaba preparándose pero pude hablar con él.
-
Siento como me puse antes –le dije.
-
He hablado con la madre de Louis y me ha dicho que te
puedes quedar el viernes en su casa, he cambiado tu vuelo por uno para el
sábado por la tarde, ¿vale?
-
Gracias –sonreí. Me acarició la cara y se levantó
poniéndose la chaqueta para irse.- Papá, te quiero. –Sonrió y me besó en la
frente antes de salir por la puerta.
Resoplé y subí corriendo las escaleras lanzándome al lado de
Zayn para besarle una y otra vez.
-
Te adoro, ¿cómo lo has hecho? –se rió.
-
Cada uno tiene sus recursos –le volví a besar.
-
Pero me ha dado una condición –me separé un poco.
-
¿Qué?
-
No quiere que viajes sola.
-
Pero me ha dicho que me quedaré yo y él se irá.
-
Quiere que vaya contigo –se me abrieron los ojos de par
en par.
-
¿Cómo? Pero tú tendrás que ir con tu familia ¿no?
-
Cariño, yo soy musulmán, no celebro igual que vosotros
la Navidad.
-
¿Ah no?
-
No –sonrió.
-
¿Me acabas de llamar cariño? –pregunté jugando con mi
dedo en su pecho. Sonrió otra vez y se levantó de la cama.
-
Ven –me dijo saliendo de la habitación.
-
¿Vamos fuera? –dije levantándome a todo prisa de la
cama.
-
Sí –escuché decir ya en las escaleras.
Agarré unas botas rápidamente y me las puse casi cayéndome
por las escaleras mientras bajaba. Me puse un abrigo y el gorro antes de salir.
-
¿Dónde vamos? –pregunté mientras agarraba su mano.
-
Al río.
-
¿Qué dices Zayn? ¡Que frío! –remoloneé.
-
¿A ti no te gustaba la nieve?
-
Sí, pero…
-
Anda vamos.
El camino se hizo corto a su lado a pesar de que estaba congelada
y a medida que nos adentrábamos en el bosque hacía más frío.
Por fin llegamos. Hizo a un lado algunas ramas y pasamos a
un pequeño prado nevado que daba directo al precioso río.
Sonreí y con su mano agarrada me tiré en la nieve.
-
¿Estás loca? Nos vamos a llenar de nieve.
-
¿Y? Eras tú el que quería venir aquí –sonrió y me besó.
Nos quedamos por allí una media hora, estaba todo precioso
pero hacía demasiado frío y estaba comenzando a anochecer.
Agarró mi mano cuando empezamos a caminar pasa salir de allí
y le sonreí mirándole.
-
¿Qué es esto? –preguntó.
-
¿El qué?
-
Esto. Te agarro de la mano, te beso y pienso en ti todo
el día. –Volví a sonreír ahora más ampliamente acercándome a él quedando así a
pocos centímetros de su cuerpo. Subió su mano a mi cara apartando un poco mi
pelo y haciéndome estremecer por el contacto de sus dedos helados.- Te quiero y
te estoy diciendo que quiero que estés conmigo, te lo intento decir desde hace
días y no encontraba la forma.
Se formó un completo nudo en mi estomago y era imposible
borrarme la sonrisa. Sentía que mi corazón iba a explotar.
-
Zayn…
-
Espera. Sé que tú no sientes lo mismo que yo o al menos
no tanto, pero también sé que te lo puedo hacer sentir, que te puedo tratar
como nadie y que te querré más que nadie. Si tú…
-
Te quiero –contesté segura ahora. Sentí que me había
quitado miles de kilos de encima, por fin se lo había dicho. Su expresión
cambió, sonrió, por fin, y me encantaba.
-
¿Qué? –sonreí y me alcé sobre mis pies para besarle.
Le besé, me besó y le volví a besar una y otra vez. Nos
separamos sonriendo y me volvió a agarrar la mano.
-
Deberíamos volver, estás temblando –dijo empezando a
caminar.
-
Vale, novio. –Dije alcanzando sus pasos pudiendo ver
una sonrisa en su cara.
_____________________________________________
Tú, la que lo ha leído, gracias <3
Awwwwwwwwww muy bonito :') ♥
ResponderEliminarsigue sigue sigue sigue sigue sigue sigue sigue sigue sigue sigue siguee!! XX
ResponderEliminarTía, tía, tía tía, ¿ñoño decías? pero ¿qué dices? Nunca más me vuelvas a decir que uno de tus capítulos es ñoño, que sino me tienes en tú casa antes de hora, pero para pegarte una colleja. Así que tú veras ;) ¡SIGUIENTEEEEEEEE! Te quiero ♥
ResponderEliminarhgtyfhbjukiloty porfin juntos! :D jajajajaja y se van a España juntitos tambien:) que bonito todo.
ResponderEliminarasdfghjklñ *-*
ResponderEliminarSimplemente perfecto :)
ResponderEliminar